Año 1.999 

    Pisamos el Caribe por primera vez en la Isla de Sant Martin, tras nueve horas de vuelo; allí y tras cuatro horas de espera tomamos la avioneta que nos llevó a la vecina Isla de Anguila; apenas 25 km. separan las dos islas y el vuelo dura pocos minutos. Después de 24 horas de viaje, desde que salimos de Oviedo, por fin nos dormimos tranquilos al ver que la casa alquilada se ajusta al cien por cien a lo que necesitábamos.

     A la mañana siguiente montamos antenas esperando encontrar una propagación que mereciese nuestro viaje. La localización era perfecta, y la directiva de 4 elementos que nos llevamos, tan solo se encontraba a 10 metros del mar y el único obstáculo entre la antena y Europa eran las islas Azores. Nada mas encender, señales 9 y 9+20 con Europa ¡ Todo perfecto !. El resto de los días pasaron monótonos, haciendo radio desde las seis de la mañana, hasta las cinco de la tarde, en la que la propagación se acababa y aprovechábamos a partir de las seis de la tarde, que oscurecía para conocer la Isla.

      En los últimos tres días de estancia en al Isla, la Ley de Murphy hizo su aparición y el "Huracán José", de escala 2,  proyectándose directamente sobre la Isla de  Anguila.

     Nos apuntalaron todas las ventanas del edificio con tablones. El huracán pasó de noche con vientos de 180 kilómetros por hora, y dejó a la pequeña Isla de Anguila sin luz ni agua durante tres días. Por esta razón, al tercer día, cuando empezaron a salir las avionetas, decidimos dejar la Isla y probar mejor suerte en Sant Kitts.